miércoles, 17 de junio de 2009

Y entonces ¿de cuáles libertades estuvimos hablando?



Renán Alcides Orellana

Durante los pasados veinte años hasta el 31 de mayo anterior, el partido oficial ARENA y sus apéndices PCN y PDC hicieron gala del estribillo de “defender nuestras libertades”, como si el concepto puro de este derecho humano fuera patrimonio o propiedad absoluta de una tendencia ideológica. Con reticente prudencia, y hasta con temor, el pueblo salvadoreño se preguntaba ¿cuáles libertades?, mientras, como respuesta contradictoria, el evidente beneficio oficial para unos pocos contrastaba con el estado de crisis integral que agobiaba a las mayorías. Esas libertades, por muy pregonadas que sean, no pueden considerarse tales si son para beneficio personal o de grupos.

Cuando el uso se convierte en abuso, la libertad se vuelve libertinaje. Ese libertinaje que hoy ha descarnado lo que la población no hubiera querido conocer; y menos, enterarse de que la defensa de las libertades no era otra cosa que defensa de privilegios.

El tiempo, y el nuevo Gobierno Funes-Sánchez Cerén-FMLN, sin mucha demora, lo han demostrado. Falta de transparencia, autoritarismo, malos manejos administrativos, despilfarro… ¿cómo puede un pueblo aceptarlo? ¿cómo poder callarlo?... “La Fiscalía con plan de austeridad”, destacó noticia de La Prensa Gráfica (junio, 11), y ampliaba: “Astor Escalante considera que pagar $220 mil mensuales por el edificio que tienen actualmente es algo suntuoso”, detallando, además, que “se pagaban $65 mil dólares mensuales por el mantenimiento de plantas ornamentales” y que “50 personas de una empresa de limpieza fueron contratadas a pesar de tener ordenanzas”.

El fiscal Escalante en funciones, según LPG, “dice haber revisado varios contratos firmados durante la gestión del ex fiscal general Félix Safie y considera que hay varios de ellos que es necesario eliminar para poder implementar una política de ahorro institucional, entre ellos el del edificio por el que se pagan $220 mil mensuales”. La población se pregunta ¿por qué hasta ahora se informa de esto que, sin duda, se ha conocido siempre? La respuesta es obvia.

Pero, había más. Un día después, “Presidente Funes destapa corrupción del gobierno de Saca”, decía titular de primera plana de Diario Co Latino (junio, 12), detallando, a guisa de ejemplo, que “El Centro Nacional de Registro (CNR) es una de las instituciones con más hallazgos de corrupción en la administración de los gobiernos de Arena, según informó el Presidente de la República, Mauricio Funes”. Informó que “se localizaron 29 plazas fantasmas que significaban el pago de $74 mil mensuales; es decir, una erogación de $700 mil al año”.

Brevemente también, el mandatario cuestionó al ISSS por utilizar “de forma indiscriminada el uso de ocho vehículos” y a la Secretaría Nacional de la Familia donde “se detectó que para la fiesta navideña de 2008, se habría gastado medio millón de dólares”. Hubo mención de otros casos; y subrayó que “en otras instituciones como el MOP, Justicia y Seguridad, Gobernación… también se han detectado anomalías que serán expuestas a la luz pública durante los próximos días…”.

“Ver una injusticia y no combatirla es cometerla”, dijo el patriota cubano José Martí. De eso se trata. No puede ser revanchismo antojadizo del nuevo Gobierno. Cualquier buen gobierno lo haría.

Es lo que la población demanda -exige- saber. ¿Acaso, si se comprueban esas faltas, fue correcto entre políticos y ciudadanos decentes haberlas cometido? Lo del Gobierno anterior no es una verdad que necesita ser demostrada, porque están ahí: el doble papel de presidente de la República y del COENA; el excesivo gasto en publicidad; los innecesarios viajes con grandes comitivas… y ahora esto: el desmantelamiento del aparato estatal sin entrega oficial, el despilfarro y las plazas consideradas fantasmas, entre otros. Ex fundadores y ex dirigentes de ARENA cuestionan seriamente todas esas políticas del ex presidente Saca. Reclaman que esas acciones les llevaron a la pérdida del poder. ¿Por qué, entonces, el Soberano Pueblo no va a volver por sus fueros, por su dignidad mancillada?

Serán las investigaciones justas y correctas, las que logren deducir responsabilidades, en cada caso. Sin cacería de brujas, sin reclamos injustos. Quienes nada deben, nada deben temer.

Y una vez comprobados los hechos, sólo quedará resarcir el daño. Y la esperanza de que los conceptos libertad, democracia y estado de derecho, se enuncien y ejerciten con absoluta propiedad. La oferta de ARENA de una oposición constructiva y propositiva, como expresión de democracia, es buena.

Con coherencia. No más libertades para conservar privilegios, ni para transiciones sin cuentas claras con arcas vacías, ni para excesos autoritarios… ni para los malos augurios de que “El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán”. A estas alturas, el pueblo ya no ignora el verdadero accionar de la clase política, y de los partidos políticos en particular. Un accionar en vitrina que, por cierto, se ve mal, muy mal…


Renán Alcides Orellana
Escritor y periodista salvadoreño
Columnista de Diario Co Latino y Raíces

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