lunes, 26 de enero de 2009
“No muere lo nuestro”: Izalco
Patricia Meza
Iván Escobar
Redacción Diario Co Latino
La comunidad católica de Izalco, en Sonsonate, alzó su voz este fin de semana para asegurar que su población ha iniciado su camino a la reivindicación, 77 años después del genocidio indígena.
Con la frase: “Te miki tay tupal” que en nahuat significa “No muere lo nuestro”, los izalqueños cerraron el pasado sábado la conmemoración del 77 aniversario de la masacre de 1932 ordenada por la dictadura del General Maximiliano Hernández Martínez.
El pasado 22 de enero se cumplieron 77 años de la masacre indígena, en la zona occidental del país, que causó la muerte de miles de indígenas, entre ellos el cacique José Feliciano Ama, quien fue ahorcado por la dictadura de turno.
Los católicos de esta localidad, organizaciones sociales y población en general, participaron en las actividades de cierre conmemorativas de un aniversario más de la masacre, la cual coincidió con la Jornada Mundial por la Paz, que este año centra su mensaje en el combatir de la pobreza y promoción de la paz.
La misa celebrada en El Llanito, lugar donde están enterrados muchas de las víctimas de la masacre del 32, y que en tiempos de la Colonia albergó la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, reunió a cientos de personas en el predio ubicado a un costado del nuevo templo.
La misa se llevó a cabo después de una peregrinación iniciada en el templo Dolores, la cual estuvo presidida por Monseñor José Adolfo Mojica Morales, Obispo de la Diócesis de Sonsonate y otros religiosos de la zona.
El padre Abel Castaneda Nieto, párroco de San Julián, durante la lectura del evangelio destacó la importancia de recordar los hechos del 32 y reiteró que la discriminación sufrida por los indígenas está presente desde tiempos de la conquista de los españoles. “Desde los invasores españoles, los criollos nacidos en el continente, luego las burguesías criollas, se ha pisoteado la dignidad de los indígenas”, precisó el religioso.
Asimismo, destacó que la historia ha sido distorsionada y por décadas se ha llevado un mensaje confuso sobre las causas de la masacre, la cual se asegura fue para combatir el “comunismo” en El Salvador.
Mensaje que se mantiene a la fecha y que constantemente lo utiliza el partido oficial ARENA, como arma política contra sus adversarios, que “Izalco es donde murió el comunismo”. Esto último ha sido considerado como ofensivo y una muestra de atropello a la dignidad de pueblo izalqueño.
Castaneda recordó que las causas de la rebelión indígena se dieron por otras razones, como la marginación social que sufrieron las comunidades indígenas por parte de las burguesías criollas, que apoyadas por países como Estados Unidos, dieron marcha a uno de los genocidios más grandes en América Latina, en los últimos tiempos.
“Ahora, el pueblo va tomando conciencia de lo bueno de sentirse indígena a pesar del desprecio que han sufrido la espada y la cruz se les impuso, el objetivo de la represión era acabar con los indígenas”, aseveró.
La Iglesia Católica precisa que es tiempo de reivindicar a su pueblo, preservar la verdad y sobretodo dar a conocer los responsables de los sucesos del 32. “El 22 de enero de este año se celebró otro año más de impunidad”, añadió.
Castaneda no pierde la esperanza de que la reivindicaciones del pueblo indígena se lleven a cabo, cuando la sangre de los inocentes reclame justicia. Y parafraseó la historia Abel y Caín, considerando al primero como el modelo de los inocentes asesinados, cuya sangre clamó justicia ante Dios.
“En el 32 fueron asesinados miles de Abeles, y en el 80, hasta los tiempos actuales”, dijo al tiempo que cuestionó “¿Cuantos Abeles se han asesinado a lo largo de la historia? El Llanito es el testigo silencioso de una de las mayores masacres en El Salvador, junto a los asesinados y desaparecidos de la guerra, y los que continúan muriendo a causa de la violencia (270 sólo este año), donde la impunidad sigue golpeando a aquellos que levantan la cabeza por defender sus derechos”. El religioso precisó que “los indígenas que quedaron no se rindieron fácilmente”.
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